Una cosa por sí sola no define su naturaleza, esta se
define sólo en relación con sus semejantes o con otras
cosas
Para poder estudiar y caracterizar una cosa se debe tener en
cuenta que ésta por sí sola no define su naturaleza, es sólo en relación con sus
semejantes y con otras cosas que se define. Es más, no existe una cosa por sí
sola, siempre está en relación con sus semejantes o con otras cosas, por esto el
movimiento se mide siempre como diferencia de movimiento respecto a otros
movimientos.
Lo que determina la característica particular de una cosa, son
los elementos que la componen y la relación de ésta con sus semejantes o con
otras cosas. La cantidad y la calidad de los elementos particularizan sus
características. Por ejemplo, la colisión de dos núcleos de helio origina
inicialmente una forma de berilio muy inestable, constituida por cuatro protones
y cuatro neutrones. Otro núcleo de helio choca con este blanco efímero y se crea
un núcleo de carbono. El oxígeno se origina por la fusión del carbono con un
núcleo de helio y así sucesivamente. Las características de cada átomo están
dadas por la cantidad y la calidad de las partículas que los componen. Las
características químicas de las moléculas y las bioquímicas de las
macromoléculas siempre dependen del tipo y del número de átomos y de su relación
entre sí y con otras entidades.
Ahora bien, para que un elemento conserve las características
que lo identifican requiere que las condiciones del medio no cambien
drásticamente, es decir, puede conservar su identidad bajo un límite de cambios
externos. Así, un átomo de carbono o de oxígeno pierde sus características como
tal, cuando la temperatura o energía del medio le imprime al átomo energía
suficiente para liberar sus componentes que lo conforman y lo identifican como
tal. Igual sucede al hervir el agua, la energía térmica "libera" los átomos y se
pierden las características que identifican al agua. Es decir, la naturaleza del
movimiento de un átomo, de un elemento, de una molécula, de una macromolécula y
de una cosa en general, está influenciado por las características del entorno.
En este sentido, sus movimientos los determina el medio que lo rodea; así, no se
puede hablar de un movimiento en particular, sin hacer referencia a su entorno.
El comportamiento de un fotón, un electrón o un protón no es igual si lo
separamos de su átomo o si está formando parte de éste. Los átomos "aislados"
tienen comportamientos diferentes a cuando están asociados entre sí con átomos
similares o con átomos diferentes. Por ejemplo, los átomos de Na y Cl no se
comportan de la misma forma cuando están solos que cuando están juntos formando
la sal (NaCl) o cuando están en diferentes solventes o separados por una
membrana lipídica, esto sucede con todas las moléculas y macromoléculas.