Además la interacción de movimientos particulares, el límite
espacial, lo fijan otros movimientos cuantitativa y cualitativamente diferentes.
En el átomo, el límite del movimiento de las partículas de un nivel lo determina
su masa, su energía y la masa y movimiento de otras partículas y otros niveles.
En las moléculas, el límite del movimiento de un átomo lo determinan otros
átomos y en las moléculas de una célula lo determinan otras moléculas dentro de
ésta. El límite del movimiento de los planetas lo determina el movimiento de
otros planetas en su sistema y el límite del movimiento de los soles lo
determinan las galaxias, etc. Por esto, el universo en su conjunto, la materia
total, no tiene un límite de espacio, simplemente es el espacio virtual que crea
la materia en su conjunto, es decir, el que crea en su propio movimiento
global.
Las partes del universo se mueven gracias a la desigualdad o la
asimetría que establecen la atracción y la repulsión. Esta última, es la energía
o fuerza del movimiento que impulsa estas partes hacia el infinito, alejándolas
mutuamente. La atracción es la fuerza de gravedad que una parte del universo
tiene sobre otra y que depende de la masa que posea cada parte. Esta unidad,
atracción-repulsión, implosión-explosión, es la contradicción que mueve el
universo.
La materia universal solo se transforma y el movimiento general
tiene formas particulares, en espacios definidos con determinadas cantidades de
materia específica. El movimiento particular de una galaxia tiene principio y
fin, su existencia es un equilibrio relativo, respecto al movimiento general del
universo. Esto implica que la forma de muerte de una estrella, implosión o
explosión, depende de las características particulares de ésta y de su
interrelación con las estrellas que la rodean y que influyen en el movimiento
particular de su materia. Igual sucede con el nacimiento de nuevas estrellas y
galaxias.
Esto significa que, dentro del movimiento general, los
movimientos particulares pueden interaccionar y transformarse mutuamente ganando
o perdiendo materia o modificando la forma del movimiento. Esto es lo que
acontece en el origen de las galaxias y de sus soles y planetas. Deben tener un
principio e igualmente un fin, dos conceptos forzosamente inseparables. Pero el
principio y fin de una forma particular de movimiento de la materia, no puede
trasladarse mecánicamente y decir que toda la materia del universo tuvo un
principio y tendrá un fin, salvo que se demuestre que la ley de la conservación
del movimiento (energía) y de la materia es falsa. Es decir, que se demuestre
que puede existir solamente un aspecto de la contradicción: materia sin
movimiento o movimiento sin materia.
Los físicos buscan las partículas más elementales que expliquen
todas las fuerzas básicas de la naturaleza y la denominada teoría de campos
unificados intenta demostrar que las interacciones débiles, fuertes y
electromagnéticas pueden describirse, en su integridad, por una sola teoría. Sin
embargo, se debe enfatizar que cantidades distintas de materia originan
cualidades diferentes. Lo común a todas las fuerzas es la materia y el
movimiento y la diferencia se origina porque hay cantidades particulares de
materia con diferentes formas de movimiento.