https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Un lindo crimen" de Roberto J. Payró (página 4) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Sábado 18 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  (4)  5  6 
 

Asistía a ella todo el Amberes notorio y rico, pero la sala del tribunal no se convirtió por eso, como suele suceder, en bullicioso sitio de reunión mundana. La sociedad sobrecogida, parecía respirar un ambiente trágico de angustia y de misterio. La vehemente requisitoria del procurador de Rey, Maître de Boeck, fulminando sin piedad a Delandsheere en nombre de la moral social, y exigiendo contra él la última pena, produjo, a pesar de su elocuencia, una impresión penosa y provocó en el público vagas manifestaciones de desaprobación. Más feliz fue, en su exposición, el juez de instrucción Van Niewenhuyse, sobre todo porque, desde las primeras palabras sugirió la idea de un misterio aunque el crímen pareciese tan vulgar y tan claro. Había en los hechos - declaró - algo de ilógico, algo que solo se podría explicar si se tratara de un demente, y Delandsheere, a todas luces, no lo era. El joven abogado de la "parte civil" - deudos de Elena Van Emelghem que la heredaban y querían agradecerle de algún modo la inesperada ganga - provocó más de una sonrisa burlona con sus encomios desmedidos a las cualidades de la pobre muerta. Yo, citado como testigo de cargo, lo mismo que el comisario de policía, hablé más o menos como mi colega, Van Niewenhuyse, insistiendo sobre la posición del cadáver, las huellas del jardín, el carácter caballeresco y bondadoso del acusado, y con mis palabras aumenté si cabe, la sugestión de misterio que ya reinaba en el público. "No lo creo culpable", dije. Pero el jurado, compuesto de viejos comerciantes amberenses poco amigos de novelas y de sentimentalismo, se mantenía impasible, casi hostil desde el primer momento: no les gustaban los dramas domésticos rematados en sangre. El fastidioso desfile de los testigos de cargo y de descargo - que, naturalmente, nada sabían del drama, - hizo bostezar al público y pareció agravar la malevolencia del jurado. Cuando llegó el turno al armero de la plaza de Meir, un alemán llamado Schum, éste declaró que, al comprarle la pistola Browning, Madame Delandsheere le dijo: "Quiero dar una sorpresa a mi marido... aunque digan que regalar armas es desgracia: yo no creo en esas paparruchas. . ."

-No era mala sorpresa - añadió el alemán.

-Mal pudo decirlo - gritó indignado Delandsheere, - porque yo acababa de encargarle la compra de la pistola.

-Es cierto - apoyó Amelia, citada, también, como testigo, - él me la había encargado.

No pude reprimir un movimiento de indignación...

Amelia no fue molestada, ni casi interrogada sino pro forma: se respetaba su dolor. En cambio Delandsheere se vio sometido a durísima prueba, por más que se encerrara en la eterna afirmativa, como otros acusados en la negativa eterna.

-Teníamos con madama Van Emelghem continuas y a veces terribles disputas - declaró. -Pretendía que yo amaba demasiado a mi esposa, y exigía que me separara de ella. No creo insultar su memoria diciendo que sólo me unía a Elena una aberración de los sentidos, y que mi amor estaba - y está en otra parte. Pero ella no quería comprenderlo así, y se me hacía tan importuna, tan exigente, que un día no pude más y... la maté. Eso es todo.

 
Páginas 1  2  3  (4)  5  6 
 
 
Consiga Un lindo crimen de Roberto J. Payró en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Un lindo crimen de Roberto J. Payró   Un lindo crimen
de Roberto J. Payró

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com