3/ Las criminalizaciones de las protestas populares, el acotamiento a los
movimientos sociales, el desprestigio permanente a los militantes y defensores
de posturas de izquierda, la crítica puntual y cotidiana al populismo radical
(léase al retorno del Estado a sus tareas sustantivas) fueron dando forma a un
Estado Policial que fue militarizando poco a poco las calles, tomó por sorpresa
los asuntos exclusivos de la policía preventiva y de protección civil y las
vistió de traje y acciones castrenses, hasta sembrar el miedo en todos los
rincones de la sociedad y la subjetividad colectiva de los habitantes, donde el
objeto del miedo eran y son los terroristas.
El terrorismo es el enemigo de todos, daña los hilos asociativos de la
sociedad, asesina colectivamente, los mismos que ahuyentan las inversiones
foráneas y dejan a nuestros pueblos desolados en la desocupación y el hambre.
Este discurso hueco, sin cifras que le den sustento y cargado de piezas
emotivas se desmorona al compararlo con las aseveraciones de Carlos Gutiérrez,
Secretario Estadounidense de Comercio, quien afirma que los norteamericanos
invirtieron 353.000 millones de dólares en América Latina y El caribe en 2005,
que sus firmas generaron 1.6 millones de empleo y en 2006 las exportaciones de
EE.UU. hacia la región aumentaron 12.7% y las importaciones 10.5%. Estos datos
nos confirman que no hay riesgo para los inversores en la región, sólo es una
figura fantasmagórica que se impone para seguir depredando nuestros
recursos.
4/ Retomando las palabras escritas de Antonio Elías, escritor uruguayo, en
Globalización imperialista y sus contradicciones, afirma que los siete
países latinoamericanos más grandes y representativos: Argentina, Brasil, Chile,
Colombia, México, Perú y Venezuela, en diferentes años se notará que el modelo
neoliberal no le ha ayudado en mucho, si lo comparamos contra los seis más
significativos del mundo capitalista: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia,
Inglaterra e Italia.
En 1950 el ingreso per cápita de esos siete países latinoamericanos era el
54% del per cápita de los países centrales señalados; en 1973 bajó al 42% y en
2004 llegó al 12%. El PBI per cápita promedio del año 2004 alcanza a 32.344
dólares para los seis países industrializados y a sólo 3.839 para las siete
mayores economías de Latinoamérica. Pese a ser el modelo emblemático del
neoliberalismo, Chile no escapa a la misma tendencia, pasando de 60% en
1950, a 37% en
1973, para caer a 15% en 2004. Es realmente pavoroso el escenario, no obstante,
existen muchos que insisten en mantener el modelo que dejará sin futuro a
nuestros pueblos. Prosigue el autor mencionado, que con la ampliación de la
brecha económica se produjo un aumento de la pobreza. En América Latina las
personas que viven con menos de dos dólares por día aumentaron 30% en dos
décadas, pasando de 99 millones de personas a 128 millones entre 1981 y 2001,
según el Banco Mundial.
5/ El mercado, quien ha asumido, por iniciativa de los grandes consorcios
económicos mundiales, la rectoría del Estado empuja a la sociedad hacia los
senderos del consumo, debido a que no posee un modelo de sociedad que ofrecer,
dado que su naturaleza es
equilibrar la oferta con la demanda y no dotar de sentido a las
acciones sociales. Ante esa carencia, ha impuesto la mercadotecnia ideológica,
dicho en otras palabras, ideologiza con vestido de mercancía todas las
actividades que eran propias del Estado, con el objeto de seguir negando la
existencia del papel que desempeña la ideología en la sociedad y de paso le pone
un sello de compra venta.