-Si queréis subir ahora, señor Morrel ¾ dijo Dantés dándose cuenta de la impaciencia del
armador¾ , aquí viene vuestro encargado, el señor
Danglars, que sale de su camarote, y que os informará de todos los detalles que
deseéis. Por lo que a mí respecta, he de vigilar las maniobras hasta que quede
El Faraón anclado y de luto.
No dejó el naviero que le repitieran la
invitación, y asiéndose a un cable que le arrojó Dantés, subió por la escala del
costado del buque con una ligereza que honrara a un marinero, mientras que
Dantés, volviendo a su puesto, cedió el que ocupaba últimamente a aquel que
había anunciado con el nombre de Danglars, y que saliendo de su camarote se
dirigía adonde estaba el naviero.