-El bastón -prosiguió luego- no deja de ofrecernos algún
indicio para hacer más de una deducción.
-¿Se me ha escapado algo? -pregunté, dándome cierto aire de
importancia-. No quisiera que hubiese pasado una señal inadvertida.
-Mucho temo, mi querido Watson -contestó mi amigo-, que todas
sus observaciones sean erróneas. Al declarar que alumbra usted mis ideas quise
decir que, al fijarme en sus errores, veo la verdad. Esto no es manifestar que
esté usted totalmente equivocado en esta ocasión. No me cabe duda de que el
hombre es médico rural.
-¿Entonces tuve razón?
-Hasta cierto punto.
-¿Nada más?...
-Hay mucho más, mi querido Watson. Por mi parte, opino que es
más probable que se haga un regalo a un médico en un hospital que en una
sociedad, y cuando las iniciales C. C. se hallan colocadas ante una H., recuerda
uno el Charing Cross Hospital.
-Es posible que tenga usted razón.
-Por lo menos es probable. Si tomamos esto como hipótesis para
investigar, tenemos otra base en qué apoyarnos, a fin de reconstruir a nuestro
incógnito visitante.
-Pues bien; suponiendo que, en efecto, las iniciales se
refieran al Charing Cross Hospital, ¿Qué otras consecuencias saca usted?
-¿No se le ocurre ninguna? Conoce mi sistema, Watson;
aplíquelo.
-Sólo se me ocurre que el médico haya ejercido su profesión en
Londres antes de retirarse a provincias.