https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Cuento del Perdonador" de Geoffrey Chaucer (página 2) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Viernes 03 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  (2)  3  4  5  6  7 
 

Pablo, puedes bien reflexionar sobre el tema. "La comida para el estómago y el estómago para la comida, pero a ambos deshará Dios". Así dice Pablo. Es bajo confesarlo, pero mucho mas bajo es hacerlo, cuando el hombre torna vino blanco, y vino tinto, transformando su gaznate en un tubo pestilente, a causa de esta desmesura. El Apóstol dice tristemente llorando: "Van por el mundo muchos de estos hombres, lo digo ahora llorando y en tono triste. ésos son los enemigos de la cruz de Cristo, su destino es la muerte, su único dios es su estómago". ¡Oh estómago, vil recipiente pleno de cosas corruptas! ¡Qué trabajo y precio exiges a los que te quieren abastecer! ¡Cómo tienen que batir, colar, machacar para transformar las sustancias en cosas agradable para satisfacer su boca golosa! De los duros huesos sacan el tuétano y ni pierden nada que pueda resultar dulce y suave al garguero. Con cortezas y picantes, y raíces y hojas se prepara la sabrosa salsa para el glotón, que ha de procurarle apetito. Pero el que busque esos placeres, con seguridad esta muerto mientras siga en este vicio. En el vino hay lascivia y la beodez está llena de agresividad y pena. Borracho: tu cara está deformada, tu aliento es pestilente, es feo abrazarte y el ruido que sale de tu nariz ebria parece decir continuamente: ¡Sam-soun, Sam-soun! Y no obstante, Sansón nunca tomó vino, Dios bien lo sabe. Te derrumbas como un cerdo herido, pierdes el habla y también el amor a la corrección, ya que la beodez es la tumba de la discreción y el entendimiento. Es sabido que aquél que es dominado por la bebida no puede mantener secreto alguno.

Por eso tendrás que abstenerte del vino blanco y tinto, y muy en particular del vino blanco de Lepe que se expende en Fish Street o Cheapside. Ese vino español es tan fuerte que contamina a los otros vinos con su aroma; y desprende tales emanaciones, que quien beba dos o tres sorbos, aunque no se aleje de su tierra ni de Cheapside, se sentirá transportado, no ya a Burdeos ni a la Rochela, sino al pueblo de Lepe en España y comenzará a decir ¡Sam-soun, Sam-soun!

Pero les pido, señores, que oigan con atención una única cosa: todos los grandes sucesos, las victorias de que habla el Antiguo Testamento, se consiguieron con ayuda de Dios mediante oración y abstinencia. Acudan a la Biblia y podrán verificarlo. Fíjense en Atila, el gran conquistador, y verán que murió en la desgracia y el oprobio, sangrando su nariz mientras dormía borracho. Todo gran capitán debe vivir sobriamente. Más aún, tened en cuenta lo que ordenaron a Lemuel -vean que digo Lemuel y no Samuel-, en la Biblia lo verán expresamente citado: cómo les dieron vino a los que no querían observar la justicia.

Nada más; por ahora esto basta.

 
Páginas 1  (2)  3  4  5  6  7 
 
 
Consiga Cuento del Perdonador de Geoffrey Chaucer en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Cuento del Perdonador de Geoffrey Chaucer   Cuento del Perdonador
de Geoffrey Chaucer

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com