Lo que me interesa, a fin de cuentas, es que el motivo más importante que me llevó a escribir ese borrador y este ensayo haya sido el del profundo amor por mi hijo Seba, a quien ahora, hoy, con este libro le paso la posta de la vida.
La otra razón es la gratitud.
Mi sentimiento de gratitud para ese hombre joven, emprendedor, imaginativo y tenaz que me abrió las puertas de su existencia cuando todas se me cerraban. Como en algunos soundtracks, ése es el bonus.
Cualquier otra circunstancia, como Bunbury mismo, ya es historia...
Buenos Aires, enero de 2005