Efectivamente, el 20 de julio de 1866, el vapor Governor
Higginson, de la Calcuta and Burnach Steam Navigation Company, había encontrado
esa masa móvil a cinco millas al este de las costas de Australia. El capitán
Baker creyó, al pronto, hallarse en presencia de un escollo desconocido, y se
disponía a determinar su exacta situación cuando pudo ver dos columnas de agua,
proyectadas por el inexplicable objeto, elevarse silbando por el aire hasta
ciento cincuenta pies. Forzoso era, pues, concluir que de no estar el escollo
sometido a las expansiones intermitentes de un géiser, el Governor Higginson
había encontrado un mamífero acuático, desconocido hasta entonces, que expulsaba
por sus espiráculos columnas de agua, mezcladas con aire y vapor.
Se observó igualmente tal hecho el 23 de julio del mismo año,
en aguas del Pacífico, por el Cristóbal Colón, de la West India and Pacific
Steam Navigation Company,. Por consiguiente, el extraordinario cetáceo podía
trasladarse de un lugar a otro con una velocidad sorprendente, puesto que, a
tres días de intervalo tan sólo, el Governor Higginson y el Cristóbal Colón lo
habían observado en dos puntos del mapa separados por una distancia de más de
setecientas leguas marítimas.
Quince días más tarde, a dos mil leguas de allí, el Helvetia,
de la Compagnie Nationale, y el Shannon, de la Royal Mail, navegando en sentido
opuesto por la zona del Atlántico comprendida entre Europa y Estados Unidos, se
señalaron mutuamente al monstruo a 420 15'de latitud norte y 600 35'de longitud
al oeste del meridianode Greenwich. En esa observación simultánea se creyó poder
evaluar la longitud mínima del mamífero en más de trescientos cincuenta pies
ingleses, dado que el Shannon y el Helvetia eran de dimensiones inferiores, aun
cuando ambos midieran cien metros del tajamar al codaste. Ahora bien, las
ballenas más grandes, las que frecuentan los parajes de las islas Aleutinas, la
Kulammak y la Umgullick, no sobrepasan los cincuenta y seis metros de longitud,
si es que llegan a alcanzar tal dimensión.
Estos sucesivos informes; nuevas observaciones efectuadas a
bordo del transatlántico Le Pereire, un abordaje entre el monstruo y el Etna, de
la línea Iseman; un acta levantada por los oficiales de la fragata francesa La
Normandie; un estudio muy serio hecho por el estado mayor del comodoro
Fitz-james a bordo del Lord Clyde, causaron una profunda sensación en la opinión
pública. En los países de humor ligero se tomó a broma el fenómeno, pero en los
países graves y prácticos, en Inglaterra, en América, en Alemania, causó una
viva preocupación.