Su padre era un hombre
que gustaba del placer soez. Era un hombre iletrado, que apenas sabía leer.
Tenía el enorme poder de someter a su familia a sus exigencias y a su desdén.
Annette era la mayor de sus hijas, siempre la maltrataba, y en ella
descargaba sus rabias. La madre poco sabía defender a sus hijas. Esta sólo
se limitaba a agachar la vista, y a llorar callada, mientras su esposo
maltrataba a sus hijas. Su padre exigía a su familia trabajo y dinero, para
poder sostener los básicos alimentos que en su casa se consumían, y para
sustentar sus vicios de juego, y su embriaguez compulsiva. Todos los días,
el padre de Annette terminaba borracho en el suelo, y anestesiado de tanto
alcohol que consumía. Annette siempre era a la que más presionaba, y a la
que más ofendía. Su padre le exigía que llevara más dinero a la casa, y que
además, lo atendiera en cualquier quehacer que éste necesitara. Cada orden que
le daba su padre, estaba cargada de ira, maltrato, y golpes desaforados. La
madre lloraba, y entre sollozos ambas se consolaban. Su pequeña hermana, sólo
miraba los abusos de su padre hacia su madre y hacia su hermana. A veces también
Diana era víctima del descontrol y la arbitrariedad de su padre, pero
parecía ser merecedora de cierta estima de su parte. Cuando Annette
era golpeada y maltratada por su padre, de forma disimulada, Diana la abrazaba,
y ambas se desahogaban.
Fueron muchos años de
amargura y tristeza los que atravesó durante su infancia. Mientras más
grande se volvía, más obligaciones le eran impuestas, sin oportunidad de
defensa. A veces tenía que ir a ayudar a sus padres en las ventas, después de
salir de la escuela. Los días de trabajo eran extenuantes, y el dinero que del
esfuerzo conjunto se ganaba, el padre de Annette era el único que lo poseía y lo
administraba. Cuando terminó la educación preparatoria, su padre decidió sacarla
de la escuela, para ponerla a trabajar de forma inmediata. Pero Annette gustaba
del aprendizaje, y se esforzaba a estudiar de forma rápida. Era extraño
para una jovencita de su condición y bajo sus circunstancias, tener la
energía y la intención de instruirse mejor. Gustaba de la lectura y de la
redacción. Escribía sin parar en cualquier lugar, y tomaba ventaja del poco
tiempo que tenía para estudiar en su casa. Era soñadora y muy inspirada.
Escribía poemas, versos, y frases que la llenaban de nostalgia. Siempre tenía
escondidos papeles debajo de su cama
o entre sus
libros. Escribía sin parar cualquier cosa que la inspiraba. Su padre se
burlaba de ella, cuando la encontraba escribiendo
o leyendo.
A pesar de esto ella nunca se desanimaba, y siempre encontraba momentos de
soledad, para poder plasmar sus sentimientos y sus palabras.