"Si una piedra está a punto de caer hay que empujarla",
dice Alfred Döblin de la actitud de los matarifes en su gestión de la muerte de
los animales. La desmemoria es el agua que limpia la sangre de los
degollamientos de los mataderos industriales del siglo
XX.
4.6 El inconsciente es mudo
La memoria es manipulada y el inconsciente es mudo. Sus
cargas de energía deforman la estructura del lenguaje. El murmullo proviene del
preconsciente, de los brotes de la memoria deformada. El lenguaje es social y
por tanto utilizable como las máquinas y la conciencia. La desmemoria es un
corte entre dos términos irrecuperables simultáneamente. Ella no da entrada a la
inconsciencia que revele la simultaneidad de las proposiciones lingüísticas y el
mundo de los hechos. No hay tiempo en el inconsciente. Las cargas de energía
emocional no transcriben el mundo exterior. El personaje, que va relatando la
crueldad de los matarifes, es un sujeto viviente, que establece una correlación
entre la metafísica de la moralidad y el pragmatismo de la destrucción, vacío de
memoria. Los actos de los hombres transponen, en veladuras metafóricas, las
circunstancias que muestran el desenvolvimiento de una conciencia grupal de los
amos sobre las víctimas.