- Carmen -
Estoy consciente de que será mi última publicación, sé que
moriré pronto, no sé por tanto si debo hacer mi relato conciso o más bien
detallado, escribo mientras viajo, viajo mientras huyo. La semántica en
inverosímil ha dejado de ser, quisiera estar loco, quisiera, pero mis días están
sangrando y ellos lo olfatean.
En este tren de madrugada sigo, por favor si lees este
manuscrito escóndelo por un tiempo, déjalo tornar frío para que estés a salvo y
luego envíalo al Sr. Kevin Lin en alguna de las Universidades de Londres,
Inglaterra, él sabrá darle el seguimiento apropiado.
Esta historia no tiene un comienzo, es únicamente el relato del
fin, de mi vida, de mis conclusiones, de mis pláticas otrora interminables, este
relato es el resumen de mi vida y la única defensa filosofal propia que podré
dejar a mis bienamados no nacidos, deseando con fervor permanezcan en ese estado
y no en estado de no muerte ... la No Muerte. Miguel Ángel, ¿cuándo empezaste a
negar la muerte? Simplemente cuando tuve que rendirme a ella, simplemente cuando
besó mis labios dejando mis costillas frías, mis pulmones apagados y mi frente
caliente, simplemente cuando no pude negociar nada y reconocerme humano, breve,
con una visión de risa, de lástima, que más valdría ser ignorado, con planes
para los próximos tres segundos dentro de la importancia de la existencia.
Cuando me di cuenta que hoy río y mañana lloro, cuando me
sucedió ayer amanecer seco y hoy estoy muy mojado, cuando viví ayer estar anexo
y hoy tengo que vivir separado, miles de veces negué la naturaleza del término,
del fin, del ciclo, miles de veces lo sentí pero casi nunca es suficiente para
darnos la conciencia.
Me persiguen vampiros porque empecé a saber de ellos y ahora no
hay nada que pueda yo hacer, mi curiosidad científica, mi morbo intelectual, mi
morbo sexual, me llevaron a adentrarme en lo que sentí ser el descubrimiento del
misterio de los años de la vida y de la muerte, de la sangre, del hechizo, ¡que
adolescente actitud la mía, qué osado!, más ahora que se me acercan los días,
que me acechan sus hambres, no sé si ha valido la pena querer ser reconocido y
por esto recordado, seguramente creerás que esta es sólo una leyenda, un mito de
bolsillo, yo te digo que espero que no se llegue a publicar pues entonces
estarás en la lista de los que saben más y tu vida penderá de un hilo que
goteará rojizo.