El supremo llamamiento de Dios a nuestras vidas lo resume el Creador al
hablar las primeras palabras acerca del hombre:
Y dijo Dios: Hagamos al hombre á nuestra
imagen, conforme á nuestra semejanza; y señoree en los peces de la mar, y en las
aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en todo animal que
anda arrastrando sobre la tierra. Génesis 1:26 (RVA)
Nuestro gran
PARA QUE es ser ese vaso de honra que Dios creó para consumar Su propósito. Y
aunque el pecado generó la caída de nuestra naturaleza, el propósito de Dios no
ha cambiado.
Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia,
Jehová, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos! Salmo 138:8
(RV95)
Dios deseaba tener muchos hijos, no solo a Adán y Eva, como está
escrito:
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo
creó; varón y hembra los creó. Los bendijo Dios y les dijo: 'Fructificad y
multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del
mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la
tierra'.Génesis 1:27-28 (RV95)
Dios quiere muchos hijos semejantes a Él, porque
la plenitud de su Hijo no puede habitar en un solo hombre, en un hombre
individual, sino en uno corporativo: muchos que conformen un cuerpo.
Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio
por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud
de Aquel que todo lo llena en todo. Efesios 1:22-23 (RV95)
La iglesia estaba en el corazón de Dios antes de
la fundación del mundo.