El único PORQUE que acepta Dios es el AMOR. Nunca olvidemos
eso.
Ahora podemos avanzar ¿Cuál es ese supremo llamamiento del que habla
Pablo? ¿Cuál es ese gran PARA QUE al que nos llama Dios? Para lograr una
comprensión más profunda tenemos que leer el siguiente pasaje:
Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu,
porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos. Y sabemos que á
los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que
conforme al propósito son llamados. Porque á los que antes conoció, también
predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él
sea el primogénito entre muchos hermanos; Romanos 8:27-29 (RVA)
Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo,
el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en
Cristo: Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; Habiéndonos predestinado
para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su
voluntad, Para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos
en el Amado: En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados
por las riquezas de su gracia, Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é
inteligencia; Descubriéndonos el misterio de su voluntad, según su beneplácito,
que se había propuesto en sí mismo, De reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de
los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra:
En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte, habiendo sido predestinados
conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su
voluntad, Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes
esperamos en Cristo. En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que
creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, Que es las
arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para
alabanza de su gloria. Efesios 1:3-14
(RVA)