La tierra no
fue creada para el hombre, sino para el Hijo. El hombre no fue un accidente de
la evolución, sino que fue creado para el Hijo. El propósito de la iglesia no es
el hombre, sino el Hijo. Comprender, aceptar y vivir ésta verdad revelada en las
escrituras es lo que da sentido, propósito y destino a la vida del hombre. Todo
lo que Dios hace, lo hace conforme a éste único propósito. La redención no tiene
como meta final al hombre, sino la exaltación del Hijo, la supremacía del Hijo
sobre todas las cosas.
Conforme al propósito eterno del Altísimo, el hombre fue llamado por Dios
como la criatura mediante la cual esta supremacía y centralidad del Hijo fuesen
anunciadas en la creación...
Mas vosotros sois linaje escogido, real
sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable. 1 Pedro 2:9
(RVA)
Para que la multiforme sabiduría de Dios
sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los
cielos, Conforme á la determinación eterna, que hizo en Cristo Jesús nuestro
Señor: Efesios 3:10-11 (RVA)
El hombre
fue llamado para que Jesucristo fuese manifestado y visible en la creación La
redención fue el camino que Dios determinó, aún antes de la fundación del mundo,
para traer al hombre nuevamente a ese propósito luego de su
caída.
Porque no nos ha dado Dios el espíritu de
temor, sino el de fortaleza, y de amor, y de templanza. Por tanto no te
avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo; antes sé
participante de los trabajos del evangelio según la virtud de Dios, Que nos
salvó y llamó con vocación santa, no conforme á nuestras obras, mas según el
propósito suyo y gracia, la cual nos es dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos, Mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro
Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte, y sacó á la luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio; Del cual yo soy puesto predicador, y apóstol, y
maestro de los Gentiles. 2 Timoteo
1:7-11 (RVA)