https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Los ríos que guardan la memoria" de Mónica Crosa (página 4) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Sábado 18 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  (4)  5  6  7 
 

?Suprimí el "tan", pero hace media hora que te espero.

?Llegué tarde, es cierto, pero me distraje mirando a dos tipos con pinta de mafiosos, acá a la vuelta, en la placita Cortázar, que me dieron miedo, te juro.

?¿Cómo estás?

?Hace como diez años que no nos vemos, y me saludás con un "cómo estás".

?Hace exactamente ocho y son tantas las cosas por decir que mejor, me dejás tomar fuerzas con este comienzo. ¿Y Piedad? ¿Te casaste?

?Piedad es hermosa, inteligente, sutil. No, no me casé. ¿Vos?

?Sigo casada. Siempre pensé que ibas a reemplazar enseguida a Mariana. Por Piedad, por vos. Te culpé siempre por los últimos días de mi amiga.

?Pero, ¿por qué?

?Ella sufría, no tenía un mango, ni sabía qué hacer. Y cuando se murió, resulta que ustedes habían ganado dos propiedades: la de la tía y la del padre, a cuál más ventajosa. Y ella no tenía en qué trabajar y andaba viviendo como de prestado. Todo, de últimas, por seguirte a vos y a tu sueño. Porque Italia no fue otra cosa: tu propio sueño triunfal, caprichoso.

?Uy que tenías cosas guardadas, para decírmelas todas juntas este día. Sí, Italia fue mi sueño, pero nadie la obligó a seguirme. Ella vino porque quiso.

?Y, sino ¿qué? Te perdía. Porque vos no ibas a volver. Tuvo que hacer de sirvienta para mantener tus sueños intactos. Flor de vivo fuiste.

?Che, esto parece un tango. Pero bueno, ya que empezaste. Yo nunca le pedí nada.

?Vos pedías con la mirada. Si sabés que bastaba que sugirieras algo, para que eso se convirtiera en su razón de vivir. Pero no quiero pelear. Quiero, si se puede, no dejar de verte. Sos lo único que me queda de Mariana.

?Y vos sos lo único de aquella época incumplida. ¿Te diste cuenta de que ninguno de los tres pudo terminar su carrera en el profesorado? Ni vos, Ciencias, ni nosotros, Letras. Todavía, esos

años me persiguen a todos lados.

?Y a mí. No puedo pasar por esa esquina de La Plata y Rivadavia, sin que se me vengan encima todas las imágenes: el parque soñado, los cafés, el tiempo para perder, para imaginar . Pero todo aquello ya fue. ¿Qué hacés ahora?

 
Páginas 1  2  3  (4)  5  6  7 
 
 
Consiga Los ríos que guardan la memoria de Mónica Crosa en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Los ríos que guardan la memoria de Mónica Crosa   Los ríos que guardan la memoria
de Mónica Crosa

ediciones Deauno Documenta

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com