-Lo más claro que veo en esto es que el señor capitán Morrel os
ha salvado la vida...
-Sí, señor; eso es -dijo Chateau Renaud.
-¿Y en qué ocasión? -preguntó Beauchamp.
-¡Beauchamp, amigo mío, habéis de saber que me muero de hambre!
--dijo Debray-, no empecéis con vuestras historias.
-¡Pues bien!, yo no impido que vayamos a almorzar, yo...
Chateau Renaud nos lo contará en la mesa.
-Señores -dijo Morcef-, todavía no son más que las diez y
cuarto, aún tenemos que esperar a otro convidado.