-Haría mal -respondió Luciano-, porque yo soy villano, y muy
villano.
-¡Bueno! -exclamó Beauchamp-, aquí tenemos al ministerio
cantando el Beranger; ¿dónde vamos a parar, Dios mío?
-¡El señor de Chateau Renaud! ¡El señor Maximiliano Morrel!
-dijo el criado, anunciando a dos nuevos invitados.
-Ya estamos todos, mas si no me equivoco, ¿no esperaban más que
dos personas?
-¡Morrel! -exclamó Alberto sorprendido-, ¡Morrel! ¿Quién será
ese señor?