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-A ti, sí; no te he estudiado en vano durante dos años. Hace tiempo que yo sabía que concluiría pronto, y desde luego que me convencí de ello, he estado buscando a alguno a quien confiar el niño, y esa otra cosa -agregó dando un golpe con la mano en el arca de hierro. -Por fin, me he fijado en ti, Holly, porque como los árboles rugosos tienes fuerte, el corazón. Escucha: el niño es el vástago de una de las familias más antiguas de la tierra en todo cuanto la antigüedad de una estirpe puede asegurarse. Te reirás ahora quizá al oírme pero algún día tendrás la prueba de que el fundador de mi raza mi 65º ó 66º antepasado, fue un sacerdote egipcio de Isis, aunque era oriundo de Grecia que se llamaba Kalikrates o sea el Hermoso y Fuerte, o para ser más exacto aún, el Hermoso en su Fuerza. Su padre fue, según creo, uno de los mercenarios griegos empleados por Hakor, príncipe mendesiano de la XXIX dinastía. Por el año 389, antes de Cristo, precisamente cuando se realizó la decisiva caída de los Faraones este Kalikrates quebrantó sus votos de celibato y huyó de Egipto en compañía de una princesa de real estirpe que se había enamorado de él, y sufrió un naufragio en la costa de Africa por el punto, según creo, donde queda hoy la Bahía de Delagca o más al Norte, quizá. El se salvó con su mujer, aunque todos los demás perecieron de un modo ú otro. Allí, en tierra sufrieron grandes penalidades pero, al fin, fueron recibidos por la poderosa soberana de un pueblo salvaje, que era una mujer blanca de singularísima belleza y la que, en circunstancias que yo no puedo precisar ahora pero que tú conocerás algún día si es que vives acabó por asesinar a mi antepasado Kalikrates. Pudo escapar, sin embargo, su mujer, y llegó, no sé cómo a Atenas, donde dio a luz un hijo, póstumo de su marido, al que puso por nombre, Tisisthenes que quiere decir el Poderoso Vengador.

Quinientos años o más, después de esto, la familia emigró a Roma en condiciones que ignoro, porque no quedan rastros, y aquí, probablemente con la idea de conservar el espíritu de venganza que empezó a infundirse a la prole desde Tisisthenes asumió regularmente el cognomen de Vindex, o sea, el Vengador. En Roma vivió la familia durante otros quinientos años hasta por los de 770, después de Cristo, cuando Carlomagno invadió la Lombardía donde estaba establecida y parece que el jefe de ella se agregó al séquito del gran Emperador y que, pasando les Alpes en su retirada se estableció, por último, en Bretaña Seis generaciones después, su descendiente, directo pasó a Inglaterra en el reinado de Eduardo, el Confesor, y alcanzó en tiempo de Guillermo el Conquistador, grandes honores y preeminencias.

 
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