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¿Es esto posible? Diría que no es fácil, pero que sí es posible, mientras exista cabal conciencia de esta necesidad por parte de la dirigencia y un férreo consenso por parte de los representantes, que no deben ser elegidos como resultado de un mero reparto de facciones internas o como premio a difusos méritos, que no siempre recalan en la idoneidad del candidato.

De modo pues y reiterando, creo que es necesario rever el concepto de representación política para adecuarlo a la realidad de las democracias actuales.

Aportemos para ello, algunas nociones más sobre el tema. Ellas nos proporcionarán una doble explicación sobre el hecho de que no obstante ser aceptado casi unánimemente que en los parlamentos, elegidos periódicamente, se encuentre la expresión concreta  de la representación, y que los parlamentarios sean los representantes; el significado riguroso del concepto es bastante más controvertido.

En primer lugar, desde el punto de vista histórico político, el concepto de representación ha experimentado relativamente pocos cambios, si lo comparamos con otras instituciones políticas, especialmente las referidas a los poderes ejecutivos. Desde los primeros tiempos, la representación política se ha opuesto, por un lado, a los regímenes absolutistas y autocráticos y por el otro, a la democracia directa, es decir, al régimen en el cual y en teoría, debería desaparecer la distinción entre gobernantes y gobernados. De ahí que hoy en día los representantes recuerden mucho a los primeros de la era representativa y de ahí también que sigan vigentes los conceptos opuestos de representación política y representación de intereses. Sin embargo, si analizamos el papel que hoy juegan los representantes en el sistema político veremos ?o ya lo hemos visto- que las diferencias son bastante grandes.

La segunda explicación se refiere a las distintas acepciones que tiene la palabra representante o su verbo representar. Estos significados pueden ser divididos, como lo hace Bobbio en: ?a) significados que se refieren a una dimensión de ?acción?: representar es actuar según determinados cánones de comportamiento en referencia a cuestiones que conciernen a otras personas; y b) significados que remiten en cambio a una dimensión de ?reproducción? de propiedades y peculiaridades existenciales: representar es poseer ciertas características que reflejan o evocan las de los sujetos u objetos representados?.

En lo que se refiere al contenido de la función representativa y de la función de los representantes, Bobbio resume los tres modelos interpretativos de la representación política más comúnmente utilizados por la literatura política: 1. La representación como relación de delegación; 2. La representación como relación fiduciaria; 3. La representación como ?espejo? o representatividad sociológica.

 
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