Por eso en el año 2003, se dedican a fortalecer el proyecto de Los Caracoles y en el 2006, como señalábamos antes emiten la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, e inician La Otra Campaña, que fue desplegada a la par del proceso electoral de 2006, con el fin de evidenciar la decadencia del sistema político mexicano y mostrar la necesidad de hacer otra política desde abajo, para confrontar el modelo neoliberal en México y en el mundo. El llamado a otra forma de hacer política desde abajo y desde la izquierda, no sólo ha sido a nivel nacional, pues los zapatistas también han organizado encuentros internacionales y uno de ellos ha sido el Encuentro de Pueblos Indígenas de América, convocado por el EZLN, dentro de la dinámica de La Otra Campaña y realizado del 11 al 14 de octubre de 2007 en Vícam, un pueblo yaqui del Estado de Sonora, en el que participaron delegados indígenas de toda América y observadores nacionales e internacionales.
La intención del último artículo, es detectar las principales propuestas y demandas del Encuentro indígena de Vícam, así como hacer un estudio comparativo con otro Encuentro organizado esos mismos días en Bolivia, alrededor de Evo Morales a quien llaman "Presidente de los pueblos indígenas de Abya Yala", con la finalidad de hacer un estudio comparativo de las similitudes y diferencias en sus propuestas y demandas, así como de detectar las distintas posturas político-ideológicas a partir del análisis de las declaraciones finales y de los procesos políticos nacionales en los que están insertos los principales movimientos indígenas latinoamericanos.
En este trabajo pudimos observar, que en el Encuentro de Vícam hay una posición radical contra el sistema político y el Estado y no esperan nada de arriba, sino que buscan construir desde abajo otra forma de hacer política, que permita la construcción de espacios autogestivos y proyectos autónomos alternativos al modelo neoliberal y al sistema capitalista para la construcción de "Otra América". En el Encuentro de Bolivia en cambio, se apuesta a la toma del poder y al impulso de nuevas formas estatales, a través de Asambleas Constituyentes, que elaboren Constituciones con la participación de movimientos sociales y políticos, que representen a los pueblos indígenas e incorporen sus demandas y propuestas. Pero también llaman a continuar con los procesos de resistencia y autonomía y a ser reconocidos y respetados, a partir de la construcción de sociedades interculturales, que tomen en cuenta sus derechos colectivos y les permitan desplegar sus potencialidades autogestivas.
Finalmente, podemos señalar que existen tensiones y contradicciones en el interior de los movimientos indígenas, entre las que destacan la lucha de las mujeres por ser reconocidas y participar en igualdad de condiciones con los compañeros, el divisionismo y fragmentación como producto del acceso a recursos económicos por parte de organismos externos, así como los riesgos de participar en el sistema político o en puestos dentro de Instituciones del Estado, pues se termina sometido a los dictados del gobierno en turno, o se diluyen las propuestas indígenas dentro de las estructuras políticas capitalistas, lo que propicia una separación con las bases y la pérdida de representatividad política.
Igualmente, se pudieron detectar las distintas posturas político-ideológicas del movimiento indígena, aglutinado alrededor del zapatismo por un lado y por el otro en torno al liderazgo de Evo Morales en el plano continental, mientras que en el interior de los distintos países se puede ver la tensión entre quienes le apuestan a demandar al Estado mejores condiciones para sus pueblos y quienes no esperan nada de arriba y buscan construir desde abajo proyectos autonómicos y redes nacionales y continentales, para fortalecer a sus movimientos y comunidades de origen.
