Prólogo para nuestro
tiempo
En la literatura existen libros y autores, y suele ocurrir
muchas veces que un determinado autor haya quedado asociado a uno de sus libros
quedando el resto de su obra desconocida para sus contemporáneos y para los
futuros lectores. Un ejemplo, de los muchos que sostienen lo que afirmamos, es
Juan Agustín García (1862 -1923).
Hombre de vasta producción literaria incursionaría en los
géneros del ensayo, el novelístico y en el teatro. Pero quizás donde obtendría
mayor relieve sería en la naciente sociología nacional con su Introducción al
estudio de las ciencias sociales argentinas y la que sería su obra capital y
a la postre la que será objeto de sucesivas reediciones hasta el presente, La
Ciudad Indiana. Esta obra convertirá a su autor en un clásico de la historia
y la sociología argentinas, y a esta obra en un texto de consulta obligada para
quienes quieran percibir en ella la óptica de los hombres del positivismo sobre
el pasado nacional, teniendo como objeto de su estudio la realización material
más importante que trajo España al Nuevo Mundo: la ciudad.
La vida de Juan Agustín García cruza horizontalmente la vida
política y cultural de los treinta años del siglo XX argentino, lo que lo
convierte en un testigo preferencial de los acontecimientos de esos años. Muchos
de ellos quedarán expuestos en su amplia producción literaria, de quien ha sido
definido como uno de los más importantes sociólogos , ensayistas y literatos de
su época.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos, no actuaría en la
política y podemos decir que sería casi siempre antioficialista.
Realicemos una postal de la Argentina en la que García escribía
la obra que prologamos.
Hacia comienzos del siglo XX, el crecimiento poblacional
argentino producto de la inmigración masiva era una realidad. Junto con ella
habían arribado también las ideas de conflicto social, que eran corrientes en el
mundo europeo. Los atentados anarquistas, la huelga como arma para conseguir
reivindicaciones, comienzan a presentarse como hechos frecuentes de la vida
política y social argentina y a despertar preocupación en las clases
dirigentes.