https://www.elaleph.com Vista previa del libro "El rayo de luna" de Gustavo Adolfo Bécquer (página 8) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  (8)  9  10  11  12 
 

Cuando llegó el día, las macizas puertas del arco que daban entrada al caserón, y sobre cuya clave se veían esculpidos los blasones de su dueño, giraron pesadamente sobre los goznes, con un chirrido prolongado y agudo. Un escudero apareció en el umbral, con un manojo de llaves en la mano, restregándose los ojos y enseñando al bostezar una caja de dientes capaces de dar envidia a un cocodrilo.

Verle Manrique y lanzarse a la puerta, todo fue obra de un instante.

-¿Quién habita en esta casa? ¿Como se llama ella?, ¿De dónde es? ¿A qué ha venido a Soria? ¿Tiene esposo? Responde, responde, animal - ésta fue la salutación que, sacudiéndole el brazo violentamente, dirigió al pobre escudero, el cual, después de mirarlo un buen espacio de tiempo con ojos espantados e estúpidos, le contestó con voz entrecortada por la sorpresa:

- En esta casa vive el muy honrado señor don Alonso de Valdecuellos, montero mayor de nuestro señor, el rey y que herido en la guerra contra moros, se encuentra en esta ciudad reponiéndose de sus fatigas.

- Pero, ¿y su hija? - interrumpió el joven impaciente -¿y su hija, o su hermana, o su esposa, o lo que sea?

- No tiene ninguna mujer consigo.

- ¡No tiene ninguna! ... Pues ¿quién duerme allí en aquel aposento, donde toda la noche he visto arder una luz?.

-¿Allí?. Allí duerme mi señor don Alonso, que como se halla enfermo, mantiene encendida su lámpara hasta que amanece.

Un rayo cayendo de improviso a sus pies no le hubiera causado más asombro que el que le causaron estas palabras.

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  (8)  9  10  11  12 
 
 
Consiga El rayo de luna de Gustavo Adolfo Bécquer en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
El rayo de luna de Gustavo Adolfo Bécquer   El rayo de luna
de Gustavo Adolfo Bécquer

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com