Y si la semilla trata demasiado en su propio hacer se puede
volver no-receptiva, cerrada. Una semilla simplemente tiene que estar abierta,
receptiva, esperando... no importa el momento en que la primavera arribe. Una
cosa es cierta en el corazón de corazones de la semilla: la primavera viene,
porque la semilla ha visto las flores alrededor de todo el jardín.
Ustedes han visto el florecimiento de Gautama Buda pero la
confianza no se ha despertado. Ustedes han mirado a mis ojos, pero la confianza
no se ha despertado, todavía hay preguntas, todavía hay dudas, todavía hay
desconfianza.
Comúnmente las flores no hablan a las semillas. Pero yo estoy
tratando... ¿quién sabe? Alguien puede oír, alguien puede ver, alguien puede
aprender el arte de despertarse. Esa es la única religión que yo conozco.
Y en el duodécimo año, en el séptimo día de Ielool, el mes de
la cosecha...
Hay momentos en que tienes que sembrar la semilla y hay
momentos en que tienes que levantar la cosecha. Y cuando Almustafá vio que el
momento del año, de Ielool, había arribado, el momento de cosecha, de
maduración... Subió a la colina más allá de los muros de la ciudad, miró
hacia el mar y vio a su barco llegando con la niebla.
Casi literalmente sucede de esta forma. Si esperas, y esperas y
tu confianza continúa creciendo, cuando la confianza madura en ti, entonces
puedes estar seguro que el momento ha llegado para retornar a tus orígenes. La
búsqueda de Dios no es búsqueda de alguna meta adelante. Es la búsqueda de los
orígenes, es la búsqueda del espacio del cual has venido.
Esperar significa que no estás pidiendo, no estás deseando, no
tienes anhelos, no estás diciendo que ya es bastante. Así como que tu espera se
hace más profunda te estás acercando más y más al origen, y el origen está en el
propio centro de tu ser.
A propósito, en sánscrito, la palabra por "hombre" es "purus".
Purus viene de una raíz que significa "ciudad" -pur. Por eso es que ustedes ven
Kanpur, Nagpur, Jabalpur, ese "pur" significa la ciudad.