Cada una de estas palabras es simbólica. Fue ciertamente una
experiencia colina arriba, montaña arriba, pero un poeta no puede permanecer en
los picos iluminados por el sol del Himalaya, tiene que volver. Y naturalmente,
viendo tanta felicidad... y luego la ventana se empieza a cerrar, la flor se
empieza a cerrar, los pétalos empiezan a cerrarse, como si después de su danza,
de repente la noche ha llegado y hay oscuridad todo alrededor. Bajando desde el
pico de la montaña a los oscuros valles de la vida, una tristeza le
apareció...
Pero esta tristeza, y la tristeza de todos los que han
realizado algo, puede no ser la verdad total, puede ser una experiencia
fragmentaria. Estas palabras te van a relacionar no sólo con la experiencia de
Kahlil Gibran sino con la experiencia de todo el que ha estado alguna vez en ese
espacio y ha vuelto a la tierra.
¿Cómo podría irme en paz y sin pena?
El ha visto que el barco viene. Ahora él puede ver la
fragilidad humana, el dilema: este mundo es conocido, el barco todavía está
rodeado de niebla. Y uno nunca sabe donde lo va a dejar.
Desde el momento en que ustedes se han convertido en mis
compañeros de viaje, no se ha aparecido la pregunta en vuestra mente, una y otra
vez: ¿Dónde va a terminar este peregrinaje? ¿Cómo podría irme en paz y sin
pena?
A medida que se acerca a la tierra, a medida que se acerca al
mundo exterior, a medida que se acerca a las flores y a las estrellas, un
problema: ¿Cómo podré irme en paz... y sin pena?, en un barco del cual no sabe
nada. No pueden ni siquiera ver el barco claramente, está rodeado de niebla,
¿cómo pueden ver la otra orilla? Es absolutamente invisible. ¿Y quién sabe si
realmente hay otra orilla? porque nadie ha retornado nunca desde la otra orilla
para dar un testimonio de testigos presenciales.
¿Cómo podría yo irme en paz -está siendo tironeado en pedazos-
y sin pena... y por muchas razones.
No, no dejaré esta ciudad sin una herida en el espíritu.