Está diciendo prácticamente lo que yo podría haber dicho. ¿Cómo
puedo dejar mi cuerpo sin todos ustedes? Mi barco ha arribado hace mucho tiempo
pero ni siquiera lo miro.
El tiene razón. Cada maestro siente lo mismo:
Demasiados fragmentos del espíritu he desparramado sobre estas
calles. Y demasiados son los niños de mi anhelo que caminan desnudos por estas
colinas, y no puedo alejarme de ellos sin pesadumbre y dolor.
No son ropajes de los que me desprendo este día, sino una piel
que arranco con mis propias manos.
Tampoco es un pensamiento que dejo tras de mí, sino un corazón
que se hizo dulce con el hambre y con la sed.
¿Okey, Vimal?
Si, OSHO.