Y tras esas palabras dio al paisano un resonante beso.
-¡Me gusta! -exclamaron los dos ingleses a la vez-. ¡Siempre barranca abajo, y siempre alegre! ¡Eso vale bien el dinero!
Y pagaron las cien libras de oro al paisano, que no había recibido rezongos, sino besos.
Sí; siempre es feliz una pareja cuando la esposa ve y asegura que su marido sabe lo que conviene, y que todo lo que él hace está bien.
Ya véis, ésa es mi historia.
La oí cuando era niño. Y ahora la conocéis también vosotros, y sabéis que "lo que hace un buen marido siempre está bien".