Las dos angosturas que pasamos poco
después comprimen el caudal del río a 200 metros y se encuentran allí las zonas más profundas. La corriente era muy impetuosa. En una parada que hicimos cerca de mediodía, Abel nos mostró un nuevo curso formado por el río. También divisamos un canal ensanchado por las aguas a 300 m.
La crecida había alcanzado su máximo nivel y ya estaba bajando. Poco a poco, el agua se tomó más clara y los filtros volvieron a funcionar.
A mediodía, apareció el
jinete en la orilla norte y mediante pesticulaciones hizo detener el vapor para inquirir sobre varios bultos que había encargado en Patagones. No había nada para él a bordo. Contrito emprendió la vuelta al trote. -El pobre no ha sido atendido-, observó el comisario compadecido.
Alrededor de las dos tocamos el puerto de
Pringles. Este punto señala la desembocadura del gran canal que
llevará a través del Abra y la Cañada a San Blas. La
inundación de 1899 hizo "tabula rasa" con la antigua Pringles. Las casas construidas de adobe y barro se deshicieron por las aguas. Al mismo tiempo se formó a un kilómetro tierra adentro, aproximadamente hacia la barranca norte, un brazo del río, al que llaman simplemente "zanja". Dado que Pringles proveía de mercaderías a una importante zona, se erigió al pie de la barranca un nuevo pueblo formado por casas de ladrillos, nuevas, limpias y sólidas que se divisan desde lejos, pero no se pueden alcanzar a pie. El agua es demasiado profunda y aún no se ha tendido un puente. A fin de no dañar las comunicaciones con el valle del río volvió a levantarse en el ínterin el antiguo poblado, pero esta vez más sólido y vistoso. Existe allí también un convento salesiano con una escuela anexa, Los habitantes del valle deben concurrir a estas escuelas que al mismo tiempo son internados, pues no existen en la región otras posibilidades de recibir enseñanza. Sólo en Conesa funciona una escuela del estado junto a otro establecimiento salesiano. En Pringles encontramos tiendas grandes y bien surtidas, donde pudimos reconfortarnos espirituosamente. El suegro de Abel, el viejo Pérez, radicado en la localidad desde hacía más de cuarenta años, nos proporcionó datos muy interesantes sobre el desarrollo de la región y las causas de la disolución de la colonia original.