La flotilla que presta el servicio consta
de tres vapores de hélice: el "Ynacayal", el "Sayhueque- y el "Namuncurá" (este último una embarcación insignificante) y el vapor de ruedas "Turco", todos nombres de caciques indios, tomados de la historia previa a la conquista del valle del río Negro.
Debido al retraso en la partida se nos
aclaró enseguida que el viaje hasta Conesa quizá durara seis días. Al decir días aludo al sentido estricto de la palabra, pues al insinuarse el crepúsculo se interrumpe la navegación y el barco es amarrado al tronco de uno de los sauces tan numerosos en la región, o por excepción a pilotes de hierro, clavados en la tierra. Z viaje hasta Conesa que dista de Patagones 174 km por tierra y unos 320 km si se incluyen las sinuosidades del río, demanda aproximadamente el mismo tiempo que se necesita para cubrir la distancia de Buenos Aires a Asunción o hasta Bahía por mar.
Algunos meandros del río Negro
adoptan en ciertos casos un curso espiralado y en cada creciente el río
modifica su curso Afloran nuevas islas y canales. Las aguas navegables cambian
de un lado a otro, lo cual hace necesario navegar y pilotear con suma cautela.
En este sentido estábamos a buen recaudo con nuestro don Roberto, hombre
serio y digno de toda confianza, para quien el río no tenía
secretos después de su larga experiencia de más de un cuarto de
siglo. Pero el -Namuncurá-, mucho más pequeño, quedó
varado algo más arriba durante varios días, hasta que la crecida
de las aguas lo liberó de su fatal situación.