https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Teoría de la clase ociosa" de Thorstein Veblen (página 5) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Jueves 02 de mayo de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10 
 

El fundamento en que se basa habitualmente cualquier discriminación entre hechos cambia con el interés que determina el modo de considerar esos hechos. Son sobresalientes y sustanciales los hechos iluminados por el interés dominante en la época. Cualquier base de distinción resultará, en apariencia, sin importancia para quienquiera que habitualmente considere los hechos de que se trate desde un punto de vista distinto y los evalúe para una finalidad diferente. El hábito de distinguir y clasificar los diversos fines y direcciones de actividad prevalece necesariamente siempre y en todas partes, porque es indispensable para elaborar una teoría o esquema general de la vida que sea útil en la práctica. El punto de vista particular o la especial característica que se toma como definitiva en la clasificación de los hechos de la vida depende del interés en consideración al cual se trata de hacer la discriminación de los hechos. Por consiguiente, los fundamentos de la discriminación y las formas de procedimiento para hacer la clasificación cambian según avanza el desarrollo de la cultura, porque cambia también la finalidad en gracia a la cual son aprehendidos los hechos de la vida y, en consecuencia, el punto de vista adoptado. Así, las características que se reconocen como sobresalientes y decisivas de una serie de actividades o de una clase social en un estadio de cultura no conservarán la misma importancia relativa para los propósitos de la clasificación en ningún estadio subsiguiente.

Pero el cambio de tipos y punto de vista es gradual y rara vez produce la subversión o la supresión total de un punto de vista que ha sido aceptado en un momento dado. De ordinario, se hace una distinción entre ocupaciones industriales y no industriales, y esta distinción moderna es una forma trasmutada de la distinción bárbara entre hazaña y tráfago. El juicio popular siente como intrínsecamente distintas tareas como la guerra, la política, el culto y las diversiones públicas, de un lado, y el trabajo relacionado con la elaboración u obtención de los medios materiales de vida, de otro. La línea de demarcación no es la misma que existía en el esquema bárbaro, pero la distinción fundamental no ha caído en desuso.

En efecto, la distinción tácita -de sentido común -hoy practicada consiste en que sólo debe considerarse como industrial un esfuerzo cuya finalidad última sea la utilización de algo no humano. No se cree, por ejemplo, que la utilización coactiva del hombre por el hombre sea función industrial, pero se clasifica como actividad industrial todo esfuerzo encaminado a elevar la vida humana aprovechando el medio ambiente no humano. Los economistas que mejor han conservado y adaptado la tradición clásica postulan generalmente el «poder del hombre sobre la naturaleza» como hecho característico de la productividad industrial. Este poder industrial sobre la naturaleza incluye el poder del hombre sobre las bestias y sobre todas las fuerzas elementales. De este modo se traza una línea entre la humanidad y el resto de la creación.

En otros tiempos y entre los hombres imbuidos de prejuicios de tipo diferente, la línea no se dibuja con tanta precisión como hoy. En la concepción de la vida salvaje o bárbara, la línea divisoria se traza en sitio distinto y de modo diferente. En todas las comunidades que se encuentran en el estadio del salvajismo hay un sentido alerta y penetrante de la antítesis entre dos grupos de fenómenos, en uno de los cuales se incluye a sí mismo el bárbaro, en tanto que en el otro coloca sus medios de vida. Se siente que hay una antítesis entre los fenómenos económicos y los no económicos, pero no se concibe a la manera moderna; no es una antítesis entre el hombre y el resto de la creación, sino entre las cosas animadas y las inertes.

 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8  9  10 
 
 
Consiga Teoría de la clase ociosa de Thorstein Veblen en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Teoría de la clase ociosa de Thorstein Veblen   Teoría de la clase ociosa
de Thorstein Veblen

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com