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En el lado oriental de las cordilleras, los terremotos son mucho mas esporádicos que en el lado occidental, donde la mayoría de los volcanes de América Central se extienden a lo largo de la costa del Pacífico, semejantes a fraguas alineadas. Por esta razón, en el altiplano de Honduras no se reflexiona tanto al construir las viviendas y los edificios públicos y las construcciones son más elevadas, suntuosas y decorativas. Las iglesias ostentan altas y esbeltas torres; los tribunales, así como las moradas de los ciudadanos acomodados, se distinguen por poseer un piso alto y primorosas galerías o balcones. Tegucigalpa posee muchos edificios bonitos que descosían por sus elegantes e imponentes formas, y la catedral se cuenta entre los más bellos monumentos arquitectónicos que he conocido en América Central. Este templo se terminó en 1782, Y su construcción que había demandado más de 30.000 dólares, fue costeado por el párroco de esa diócesis, tan rico como generoso, con los recursos de su propio peculio. El estilo arquitectónico es sencillo pero noble. El diseño de la fachada exterior y de la nave central, así como el de las cúpulas de las dos torres frontales dan prueba de un gusto depurado. Es una lástima que la decoración interior de ese santuario con cortinados de abigarrado colorido, oropeles, espejos, figuras talladas de mal g1,1 cuadros de santos pintados con no menos crudeza, hagan un contraste tan marcado con la sencillez de la construcción. El tabernáculo del altar mayor está encerrado dentro de una granada de plata que se abre y se cierra mediante un artístico dispositivo oculto, un espectáculo que atrae numeroso público a la catedral los domingos y es considerado por muchos indígenas como algo particularmente espléndido. En cambio a nosotros, este espectáculo de la apertura intermitente de la granada de plata con el acompañamiento alegre del órgano, dejando poco a poco a la vista la custodia de oro allí guardada, se nos antojó demasiado teatral para favorecer la inspiración y encontrar bella o aprobar su introducción en el santuario de un templo dedicado a Dios.

Las otras cuatro iglesias de la ciudad, así como el edificio de la municipalidad, situado en la plaza principal, y el magnífico puente de piedra que atraviesa el río Grande son construcciones imponentes que contribuyen en gran medida a hermosear Tegucigalpa. En particular, la iglesia de Santa María de los Dolores descuella en este sentido por su estilo morisco y su fachada policroma. Lamentablemente, en su interior impera también mucho abandono, indigno del sagrado destino del templo. Sobre los altares semiderruidos, cubiertos de polvo, viejas botellas vacías prestan el servicio de floreros y al observador desapasionado le resulta bastante curioso ver en ellas aún adheridas las etiquetas con los nombres de su antiguo contenido, como por ejemplo: Old Cognac, Double Stout, St. Julien, Sillery mousseux, etc.

 
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Estada en Tegucigalpa de Carl Scherzer   Estada en Tegucigalpa
de Carl Scherzer

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