Aunque Giovanni Ruffini fuera Italiano, y A mayor abundamiento nacido en Nápoles el año 1807, su Doctor Antonio fue escrito en inglés, y obtuvo en Londres, donde vió la luz, el más lisongero de los éxitos.
Este hecho se explica: Ruffini, ardiente patriota, formó parte de la Joven Italia, fundada por Mazzini, actuó de lleno en el movimiento de 1833 y tuvo que expatriarse como tantos otros compatriotas, a la espera de tiempos mejores para la patria.
Refugiado en Inglaterra, no tardó en dominar la lengua y la literatura inglesas, y en escribir libros muy gustados en aquella época, y en los que no lo guiaba simplemente el deseo de hacer obra artística, sino también el de despertar simpatías hacia su noble país, y hacia la causa de los liberales Italianos, cuyos elevados sentimientos eran generalmente desconocidos en el extranjero.
A este doble propósito obedece el Doctor Antonio, libro que aparecido sin embargo alrededor de 1840, conserva aún toda su frescura, y tiene un hálito de juventud que mucho han de gastar los lectores.
Aunque ya famoso en Italia, el Doctor Antonio no vió la luz en Italiano hasta 1875, por razones que se comprenderán, y fue vertido por una señorita, Marina Carcano.
La versión castellana se debe también a una señorita, nuestra compatriota Elena de Oro, quien se revela en este trabajo escritora atildada, traductora fiel, y elegante, y fina conocedora de las bellezas de su modelo.
Giovanni Ruffini escribió en Inglaterra algunas otras obras, coronadas por el éxito también, pero que no han alcanzado la celebridad del Doctor Antonio.
Entra éstas citaremos su Florencio Benonim (Memorias de un refugiado Italiano), que es una especie de autobiografía, obra que, como la presente, fue traducida a varios idiomas, y apareció en francés en 1858.