Aquel
pequeño gran dragón
Por Emmanuel
Taub
altovuelo@elaleph.com
La
armonía de una sensación, de una mirada, de una opinión,
de un juego, un sentimiento o un paisaje. Poder guardar todo esto en tres versos,
en diecisiete sílabas. Un millón de sensaciones escondidas tras
una de las formas de poesía más breves y más hermosas.
Con
gran sosiego
camino
solo, y solo
me
regocijo.
(Kobayashi
Issa 1763-1826).
El
Haikú es una expresión de la poesía japonesa. Su origen
se remonta al siglo XVI donde encontró su gran maestro creador en Matsuo
Basho (1644-1694). Sin embargo, su máxima expresión fue alcanzada
en el siglo XVII y XVIII de la mano de uno de los más grandes poetas
japoneses: Shiki (1867-1902). Estos dos poetas junto a Buson (1715-1783) e Issa
se consideran los cuatro grandes clásicos del Haikú.
El
haikú es un poema corto. Está formado por diecisiete sílabas
que se dividen en tres versos. El primero, igual que el último, de cinco
sílabas y el intermedio de siete. De esta forma configuran su estructura
clásica 5-7-5. Es necesario aclarar, que muchas veces, no se puede apreciar
completamente la estructura clásica por la dificultad de las traducciones
al castellano.
Aroma
de ciruelo,
y
de pronto el sol sale:
senda
del monte.
(Matsuo
Basho).
Pero
cómo se pudo occidentalizar el Haikú si es un ideograma ( ideas
graficadas) japonés. Para poder llegar a la conclusión de que
la estructura del Haikú debía ser de 5-7-5, se analizó
la duración sonora de su lectura en japonés. El Haikú al
ser leído en voz alta forma, con su sonido, la estructura 5-7-5. Así
fue como al llevar esta forma de poesía a nuestro idioma pudimos determinar
su duración: a través de la musicalización de su lectura.
La
noche es breve.
Hay
gotas de rocío
sobre
la oruga.
(Buson).
Poco
a poco el Haikú va ganando adeptos en nuestras tierras. Es importante
remarcar que Jorge Luis Borges, gran conocedor de la poesía oriental
y gran poeta, en 1981, dentro de su libro "La Cifra" ya había
incluido 17 haikús propios de gran belleza. Borges optó por seguir
la métrica heredada por Basho (5-7-5) y es la que actualmente los escritores
tratan de seguir.
Viento
otoñal
y
yo no tengo dioses,
ni
tengo Budas.
(Shiki).
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