Hablo sobre Krishna. Krishna es multi-dimensional, sobrehumano,
milagroso, pero tiene más de mito que de hombre real; es tan extraordinario que
no puede existir. Sobre esta tierra no pueden existir personas tan
extraordinarias; sólo existen en forma de sueños, y los mitos no son sino sueños
colectivos que la humanidad entera ha estado soñando, bellos, pero increíbles.
Hablo sobre Krishna y disfruto con ello, pero disfruto como se disfruta de una
bella historia, contándola. Pero eso no es muy significativo, simple chismorreo
cósmico.
Hablo sobre Jesucristo. Siento una profunda simpatía hacia él.
Me gustaría sufrir con él y me gustaría llevar su cruz un rato a su lado. Pero
nos mantenemos paralelos, nunca nos encontramos. ¡El es tan triste, está tan
cargado -cargado con las miserias de toda la humanidad! No puede reír. Si vas
con Jesús demasiado tiempo te volverás triste, perderás la risa. Le rodea la
melancolía. Aprecio a Jesús pero no me gustaría ser como él. Puedo caminar con
él un rato y compartir su carga, -pero luego tenemos que separarnos porque
nuestros caminos son diferentes. Jesús es bueno, pero demasiado bueno, casi
inhumanamente bueno.
Hablo sobre Zaratustra muy rara vez, pero le amo de la manera
en que un amigo ama a otro amigo. Te puedes reír con él, no es un moralista, no
es un puritano; puede disfrutar de la vida y de todo lo que la vida ofrece. Es
un buen amigo, se podría estar con él para siempre -pero es sólo un amigo. Y la
amistad es buena pero no es suficiente.
Hablo sobre Buda -le amo. A través de siglos, de muchas vidas,
le he amado. Buda es tremendamente bello, extraordinariamente bello, magnífico.
Pero no está sobre la tierra, no camina sobre la tierra. Vuela en el cielo y no
deja huellas, no puedes seguirle, no sabes nunca dónde está. Es como una nube. A
veces te encuentras con él, pero eso es accidental. Y es tan refinado que no
puede echar raíces en esta tierra, está destinado a algún cielo más elevado. En
ese sentido Buda es unilateral. La tierra y el cielo no se encuentran en él. Es
celestial pero le falta la parte terrenal; es como una llama, hermoso, pero no
hay aceite, no hay recipiente. Puedes ver la llama, pero se eleva más y más,
nada la sujeta a la tierra.