¿Me comprendes? ¡Trata de cogerlo!
Buda está aún incompleto en su perfección, le falta la parte
terrena. No es terreno, es como un fantasma, le falta la parte corporal; está
desprovisto de cuerpo, es un árbol sin raíces. Tú eres raíces, pero sólo raíces,
no han germinado, el árbol no ha llegado a florecer. Buda es sólo flores, y tú
eres sólo raíces -Lao Tse es las dos cosas. Puede que no parezca tan perfecto
como Buda, no puede parecerlo, porque lo otro siempre está ahí, ¿así que cómo
puede ser perfecto? Pero él está completo y es total. Puede que no sea perfecto,
pero es total.
Y hay que recordar siempre estas dos palabras:
No intentes ser perfecto, intenta ser total. Si intentas ser
perfecto, seguirás a Buda, seguirás a Mahavir, seguirás a Jesús. Sólo si
intentas ser total captarás la sensación de lo que significa estar cerca de Lao
Tse y de lo que significa seguir el Tao.
El Tao es totalidad. La totalidad no es perfecta, es siempre
imperfecta porque siempre está viva. La perfección está muerta -cualquier cosa
que se hace perfecta está muerta. ¿Cómo va a vivir? ¿Cómo va a vivir si se ha
vuelto perfecta? No necesita vivir. Ha negado la otra parte, y la vida existe a
través de la tensión de los opuestos, el encuentro de los opuestos. Si niegas el
opuesto puedes llegar a ser perfecto, pero no serás total, te perderás algo. A
pesar de lo bellísimo que es Buda, se pierde algo. Lao Tse no es tan bello, no
es tan perfecto; Lao Tse parece ordinario y Buda extraordinario, magnífico. Pero
yo os digo que en Lao Tse existen miles de Budas. Lao Tse está profundamente
enraizado en la tierra -está enraizado en la tierra, y está muy alto en el
cielo; él es ambos, el cielo y la tierra, un encuentro de los opuestos.
Hay tres palabras que hay que recordar: una es dependencia,
otra es independencia, la tercera es interdependencia.