Pero la verdad no puede ser expresada, porque se alcanza a
través del silencio, sin sonido, sin pensamiento. La alcanzas a través de la
no-mente la mente tiene que caer. ¿Y cómo puedes usar algo que, como condición
necesaria, tiene que caer antes de que la verdad sea alcanzada?. La mente no
puede comprender, la mente no puede darse cuenta, ¿cómo puede la mente expresar?
Recuérdalo como una norma: si la mente puede llegar, la mente puede expresar; si
la mente no puede alcanzarlo, la mente no puede expresarlo. Todo el lenguaje es
inútil. La verdad no puede ser expresada.
¿Entonces qué han estado haciendo todas las escrituras?
¿Entonces qué está haciendo Lao Tse? ¿Entonces qué están haciendo los
Upanishads? Todos ellos intentan decir algo que no puede ser dicho, con la
esperanza de que pueda surgir en ti un deseo de conocerlo. La verdad no puede
ser dicha, pero el esfuerzo mismo de decirla puede hacer surgir en el oyente un
deseo de conocer lo que no puede ser expresado. Se puede provocar una sed. La
sed está ahí, ya estás sediento, pero necesitas una pequeña provocación. ¿Cómo
puede ser si no? No eres dichoso, no eres extático, tienes sed. Tu corazón es un
fuego llameante y buscas algo que pueda satisfacer tu sed; pero, al no encontrar
el agua, al no encontrar la fuente, poco a poco has intentado suprimir la sed.
Es lo único que puedes hacer, si no sería demasiado -no te permitiría vivir en
absoluto. Así que reprimes la sed.
Un maestro como Lao Tse sabe perfectamente que la verdad no
puede ser dicha, pero el esfuerzo mismo por decirla provocará algo, traerá a la
superficie la sed que has reprimido. Y una vez que la sed llega a la superficie,
comienza una búsqueda, una investigación. Y él te ha movido.
El Tao que puede decirse
No es el Tao Absoluto.