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Llegados al famoso centro de las tierras auríferas, abrigábamos el vehemente deseo de ver muy pronto las minas propiamente dichas. Nuestro amigo y compatriota, el señor ven Eschwege satisfizo enseguida este deseo y nos condujo a la ladera oriental del Morro de Villa Rica, donde la explotación ha sido mayor hasta el presente. Partimos de la colina meridional de la montaña (as cabecas) a través de varios jardines adornados con fucsias, pasamos primeramente por el Hospicio de Jerusalén y después de caminar a lo largo de una profunda zanja llegamos a un desfiladero pelado, destrozado en forma irregular y lleno de escombros de roca desmoronados, que ofrecía a la vista un cuadro de la mis desenfrenada destrucción. ¡Cómo nos sorprendimos cuando nuestro amigo nos informó que esa era la rica mina de oro de Villa Rica! La mina en la que nos encontrábamos pertenecía al coronel Velozo y es una de las más antiguas y productivas. En varias de las cañadas que bajaban de las alturas había instalados a cierta distancia zarandas y cueros de buey crudos: las primeras destinadas a recoger los escombros más groseros y los cueros para retener el polvo de oro entre los pelos dirigidos hacia arriba. Aquí y allá observamos también algunas fosas aisladas o mondeos, donde se acumula el barro o las arenas auríferas. Tan pronto comienza la época de las lluvias, entran en función estos sencillos instrumentos. El agua encauzada artificialmente hacia las zanjas enjuaga el oro de las piedras y lo arrastra hasta las fosas o lo deja entre los pelos de los cueros de buey. El metal recorrido en los citados recipientes es separado del barro por esclavos negros que trabajan con el torso desnudo, sentados en bancos de madera con sus gamellas. El oro retenido en los cueros de buey es lavado y batido en artesas especiales. Los antiguos propietarios de esta ruina hacían trabajar en ella varios centenares de esclavos y ganaron sumas enormes, pero en la actualidad parece bastante empobrecida, de modo que mantiene sólo unos pocos lavadores de oro y el trabajo se encomienda en gran parte a negros libres por un alquiler diario de una pataca. Este sistema de obtener oro en una mina abierta recibe el nombre de minerar a talha aberta. |
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Las tierras auríferas de Minas Gerais
de Johann Baptist von Spix
ediciones elaleph.com
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