Nada menos asombroso por consiguiente, que hallar a nuestro
infatigable viajero visitando desde 1855 hasta 1857 todo el oeste del Tíbet en
compañía de los hermanos Schtagintweit, para traernos de aquella exploración
observaciones etnográficas de lo más curioso.
Durante aquellos viajes, Samuel Fergusson fue el corresponsal
más activo e interesante del Daily Telegraph, ese periódico que cuesta un
penique y cuya tirada, que asciende a ciento cuarenta mil ejemplares diarios,
apenas logra abastecer a sus millones de lectores.
Así pues, el doctor era hombre bien conocido, pese a no
pertenecer a ninguna institución científica, ni a las Reales Sociedades
Geográficas de Londres, París, Berlín, Viena o San Petersburgo, ni al Club de
los Viajeros, ni siquiera a la Royal Politechnic Institution, donde su amigo, el
estadista Kokburn, metía mucho ruido.