No pretendo justificar lo que hago, porque en este momento no
siento culpa. Mi relación con mi amado Jack, existe y no pienso negarla y
tampoco tengo la más mínima intención de interrumpirla.
Me considero una mujer normal. Todos los días trabajo duro,
lucho por salir adelante.
Cuando mi ex marido, me reemplazó por una jovencita que podría
ser su hija, así sin más, me sentí muy mal. Llegó un día a casa, a retirar sus
pertenencias, me comunicó su decisión y ni siquiera me dio tiempo a preguntarme
qué estaba sucediendo.
Cierto que dejó la casa en que vivíamos y no llegamos a
discutir qué suma debía entregar para la alimentación y educación de nuestro
hijo. Aunque tal como sucedieron las cosas posteriormente, creo que puedo decir
mi hijo, puesto que no volvió a saber nada de su padre. Los abogados se
encargaron de todo y el resto, debía correr por mi cuenta.