Comienzos de la guerra
Nunca olvidaré ese día que cambió el mundo, como también mi
destino. El día 1 de septiembre de 1939 empezó la segunda guerra mundial.
Me desperté en un día normal, como todos los días, y al
mediodía ya caían las bombas en los alrededores. El cambio fue increíblemente
rápido e inesperado, por lo menos para mí. Mi primera impresión fue de alivio?
No tengo que estudiar más latín (lo odiaba). Justo ese mismo día tenía que
empezar la escuela, que nunca más empezó. Sin embargo esta sensación de alivio
cambio rápidamente, hasta demasiado rápido.
Al principio no tuve ningún miedo. Varias casas en los
alrededores fueron derribadas por las bombas, sin embargo, el miedo no me llego,
ni la conciencia del peligro, ni de lo que estaba realmente pasando. El miedo
llegó después; tuve mucho miedo muchas, muchas, veces.
El departamento de mis padres, se encontraba cerca de un puente
estratégico bombardeado, día y noche, por la aviación alemana.
Los refugios antiaéreos se encontraban en los sótanos (todas
las casas en Polonia los tenían). Sin embargo, no me gustaba la idea de quedarme
abajo; el peligro de quedar sepultado vivo era grande y la idea no era de mi
agrado. Además el sótano estaba lleno de mujeres (todos los hombres fueron
convocados al ejército) que con los estallidos de las bombas entraban en pánico;
unas rezaban otras gritaban.