Y por más controversial que parezca el asunto, la realidad es que
existen muchas parejas homosexuales que en la práctica se comportan como si
fueran matrimonios, pero que legalmente no poseen ni los derechos, ni los
deberes y obligaciones de los cónyuges dentro de las uniones
heterosexuales.
Existirá quien diga que el matrimonio heterosexual es lo que hay,
y todo lo que se oponga a ella parezca naturalmente antinatural. Pues bien, esto
es lo que trataremos de abordar ya que estamos hablando de reconocimiento de los
derechos humanos a grupos minoritarios, en una sociedad globalizada en constante
evolución.
Las personas homosexuales, como todos, están dotadas de la
dignidad inalienable que corresponde a cada ser humano. No es en modo alguno
aceptable que se las menosprecie, maltrate o discrimine. La desigualdad implica
distancia entre unos y otros, la exclusión supone un alejamiento irrecuperable,
la degradación del excluido, que pasa a la categoría de negado.
Se trata de una situación delicada que requiere y exige una mayor
atención por parte de la sociedad que debe asumir y reconocer la existencia de
esta problemática que involucra a los derechos humanos en una sociedad
pluralista.
Agosto
de 2007