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?Parece que la gente de acá es de pocas pulgas ?dijo Job, mientras que Ámbar guardaba silencio, seguramente a causa del miedo.
Job aceleraba más su máquina, pero también el vehículo enemigo era veloz y no podía sacarle mucha ventaja. De pron­to, Job sintió un ardor en su pierna izquierda, miró, y vio un poco de sangre, se había dado cuenta que estaba herido. Eso lo asustó mucho, y su instinto, le decía que debía escapar lo más rápido posible de aquella situación. Más adelante en el camino, llegaron a un puente muy viejo construido con made­ra, que permitía el paso sobre un pequeño arroyo. El viejo puente poseía un diminuto cartel que advertía sobre un posible derrumbe del mismo si no se tomaban precauciones. Pero ni Job, ni sus perseguidores, se percataron de aquella advertencia. Por suerte no había problema para soportar el peso de la mo­to, pero sí para el otro vehículo. Los motociclistas les llevaban una pequeña ventaja a los de la camioneta, diría que unos cua­renta metros. Así que al terminar Job y Ámbar de cruzar el puente, se escuchó un gran estruendo. Job no había escuchado aquello pero si Ámbar, la cual le dijo que detuviera la marcha, que la camioneta había desaparecido. En efecto, así parecía. Job miró hacia atrás y no estaba la camioneta, solo lograba escucharse el canto de algún pájaro. Regresaron entonces hasta el puente, el cual se encontraba literalmente partido en dos, y en el arroyo, con poca agua por cierto, estaba la camioneta semihundida y con sus ocupantes sobre el techo de la misma.Al ver éstos a Job y Ámbar sacaron sus armas y comenzaron a dispararles nuevamente, en ese mismo instante Job aceleró su máquina y escaparon del lugar. Luego un poco más adelante, ya a salvo de los maleantes detuvo la moto, ya que tenía Job una gran preocupación por su herida. Pero por suerte contaba con la presencia de aquella hermosa ?enfermera? que lo calmó con un tranquilizador diagnóstico.

 
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Buscadores de tesoros (El asombroso mundo de Jaom) de Germán Cabrera   Buscadores de tesoros (El asombroso mundo de Jaom)
de Germán Cabrera

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