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Bueno, relajémonos. Que reine la calma, esto es educativo (Sí, sí, ya sé, ya sé que usted hoy no había tomado la medicación, y yo acabo de revolverle las kishkes[1]). Vamos a ver si podemos recordar cosas placenteras. Como, por ejemplo, la rica comida judía que trajeron las bobes de Europa. Aclaremos que una cosa es recordar los platos de la bobe, y otra que vengan a repetirte a cada rato: "¿Comida? Comida era la de antes...", ya lo vengo escuchando hace tanto tiempo que no lo aguanto más. Volvamos a la comida. El cuento empieza siempre así: "¿Te acordás cómo cocinaba tu abuela? ¿Adónde está ahora esa comida?" Estoy hablando de la saludable, nutritiva, casera, exquisita, muy buena y actualmente desconocida comida judía, que era la que se hacía en nuestras casas. Voy a aportar, desde mi conocimiento, todo lo que sé sobre este tema para ayudar a las actuales impetuosas mujeres de la casa -a quienes se conocía como "Amas de casa"-, los maravillosos menús que van a contribuir a guiarlos a ustedes, jóvenes de hoy, a tener una vida sana, feliz y una amorosa unión familiar, tal como yo la conocí en mi niñez. (Sin comentarios, por favor). Veamos los pasos a seguir para llegar al objetivo anunciado. Primero, baje a la tienda del barrio, o vaya al Once o donde le quede cómodo -cuidado, porque puede llevarse la sorpresa de que ahora, los dueños de la tienda son coreanos-, y cómprese un batón, o batele (o shmate), y úselo todo el día, todos los días. La indumentaria, es importante. Vaya entonces y compre una gallina viva. Bueno, sé que ahora no es fácil encontrar una pollería que venda las gallinas vivas, pero en ultima instancia le puede pedir a su marido que le preste al nene o a la nena la 4x4 para ir al campo a comprar una. De todas formas es para la salud de ellos ¿Ve usted? Bien. Una vez obtenida la gallina -pídala bien gordita-, envuélvala con un diario que no sea del día. De paso pídale a quien le venda la gallina que también le aten las patas, porque si no la gallina no va a querer viajar en la 4x4, y llévela directamente a lo del Schoijet. Sí, seguro que usted escuchó nombrarlo. El matarife religioso, que la va a sacrificar ritualmente delante de usted. (Sí, sí, es importante que usted vea cómo la sacrifica y corrobore que el método sea el indicado).
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