Siempre ha sido complejo convivir con una enfermedad crónica y
más aún con ésta porque existen innumerables factores que inciden en la
efectividad de los controles, generando sentimientos de vulnerabilidad, ya que
el paciente presenta dificultades en alcanzar el cumplimiento de las
indicaciones para poder evitar las temidas complicaciones.
Andreozzi (1994) manifiesta que es una enfermedad que "los ojos
de los otros no ven" porque se oculta en la sangre, por lo que produce
aislamiento, soledad y falta de comprensión del entorno, aumentando el estrés
que dificulta el buen control.
Este trabajo ha intentado un acercamiento y comprensión del
mundo del paciente con diabetes. Esto fue posible escuchándolos; aunque la
demanda emocional más importante está dirigida al médico, éste se transforma en
el depositario de su dependencia, ya que son muy profundas las vivencias de
desesperanza, sentimientos de vulnerabilidad, desamparo, pérdida de libertades,
permanente insatisfacción, y el constante fantasma de las complicaciones genera
impotencia porque en muchos casos no es posible evitarlas.
En la actualidad se equipara a los diabéticos con pacientes
terminales, que interactúan de manera adictiva con las personas que los rodean y
más aún con quienes los atienden.
Teniendo en cuenta que son sujetos con riesgo suicida, nuestra
labor como psicólogos será lograr un entramado de relaciones positivas que
apoyen al paciente siempre y más aún en los momentos críticos de la
enfermedad.
Aunque es difícil predecir el suicidio de un paciente, si
existe una verdadera alianza terapéutica, es posible detectar ideas e
intenciones al respecto, dado que el suicidio de un paciente puede significar no
sólo una crisis personal como reacciones de dolor y de defensa, que se asemejan
a la de todos los "supervivientes" del entorno del suicida, sino también una
crisis profesional por el significado que tiene el rol del terapeuta dentro de
la sociedad.
La tarea con pacientes diabéticos no es fácil ya que es siempre
necesario considerar la posibilidad de la muerte, ya sea voluntaria como es el
suicidio o por complicaciones de la propia enfermedad.