https://www.elaleph.com Vista previa del libro "El águila-mecenas" de Saltikov Schedrin (página 9) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  (9)  10  11  12  13  14  15 
 

-¿Qué está farfullando ese tontaina? -gritó al fin-. ¡Llamad a Trediakovski!

VasiIi Kirílich Trediakovski apareció en el acto. Eligió también temas de siervos, pero los expuso con tanta claridad, que el águila no hacía más que exclamar: ¡exauto!, ¡exauto!, ¡exauto! Y al final, le impuso a Trediakovski el collar de huevecillos de hormiga, mientras volvía los ojos hacia el ruiseñor gritando: "¡Llevaos a ese canalla!"

Así terminó la ambiciosa intentona del ruiseñor. Lo encerraron ipso facto en una jaula y lo vendieron en Zariadie, a la taberna La despedida de los amigos, donde hasta la fecha embriaga con sus dulces tóxicos los corazones de los "meteoros" borrachos.

No obstante, el asunto de la ilustración no se abandonó. Los hijos de los buitres y de los halcones continuaron yendo al Liceo; I'Académie des sciences empezó a editar un diccionario y llegó hasta la mitad de la letra A; el picamaderos estaba dando cima al tomo X de la Historia de los silvanos. Pero el bubrelo permanecía agazapado. Desde el primer día se había olido que todo aquel zipizape pedagógico acabaría pronto y de mala manera, y, por lo visto, su presentimiento era bastante fundado.

El origen de todo fue que el halcón y la lechuza, que habían asumido las funciones de dirección de la ilustración, cometieron una grave falta: se les ocurrió enseñar a leer y escribir al propio águila-señor. Le enseñaban por el método alfabético auditivo, fácil y ameno, pero, por más que se esforzaron, al cabo de un año, su alumno firmaba "Ajila", en vez de "Aguila", de manera que ningún prestamista solvente admitía pagarés con semejante firma. Otra falta, aún más grave, consistía en que, a semejanza de todos los pedagogos en general, tanto el halcón como la lechuza no le daban al águila un minuto de calma ni reposo. La lechuza no le dejaba a sol ni a sombra, le perseguía gritando: Be... ce... jota..., y el halcón le inculcaba a cada instante que sin conocer las cuatro reglas de aritmética era imposible repartir el botín.

 
Páginas 1  2  3  4  5  6  7  8  (9)  10  11  12  13  14  15 
 
 
Consiga El águila-mecenas de Saltikov Schedrin en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
El águila-mecenas de  Saltikov Schedrin   El águila-mecenas
de Saltikov Schedrin

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com