Se comprenda que, a pesar de sus personales tendencias, la
camarilla del Gobernador general le empujaba a apoyar a los burócratas
(así llamaban a tus partidarios de la autoridad de la Corona), en contra
de los de la causa nacional. John Colborne, no gustaba de hacer las cosas a
medias, como lo probó más tarde, cuando sucedió a lord
Gosford en el gobierno de la colonia. En cuanto al coronel Gore, antiguo soldado
condecorado en Waterlóo, decía, qua era necesario obrar
militarmente y sin ninguna demora.
El 7 de Mayo del mismo año tuvo lugar una junta de los
principales reformistas en Saint-Ours, pueblecillo del condado de Richelieu, en
la que acordaron ciertas proposiciones, que fueron el programa político
de la oposición franco-canadiense.
Entre otras, conviene que citemos ésta:
«Canadá, como Irlanda, debe reunirse alrededor de
un hombre dotado de un odio mortal para la opresión y de un gran amor
patrio, y a quien ni promesas ni amenazas pueda quebrantar
jamás»