En realidad, las «algunas aranzadas de hielo» tan
mal calificadas por los filósofos, forman un reino cuya superficie es
igual a la de Europa.
Un francés fue el que tomó posesión de
aquellos vastos territorios en 1534.
Santiago Cartier, oriundo de
Saint-Maló, penetró
hasta el centro de dicha comarca, remontando el curso del río, al que se
dio el nombre de San Lorenzo, y al año siguiente, el atrevido maluino,
llevando adelante su exploración hacia el Oeste, llegó frente a un
grupo de cabañas, Canadá en idioma indio, en donde se
fundó Quebec; después llegó a la aldehuela de Hochelaga,
hoy Montreal. Dos siglos más tarde, estas dos ciudades iban sucesivamente
a tomar el nombre de capitales, en concurrencia con Kingston y Toronto, cuando
para poner fin a sus rivalidades políticas la villa de Otawa fue
declarada residencia del Gobierno de aquella colonia americana, que Inglaterra
llama en la actualidad Dominion of Canada.