A pesar de este acuerdo, las discusiones fueron cada vez
más vivas, y las elecciones trajeron consigo serias colisiones. En Mayo
de 1831 estalló en Montreal un motín que costó la vida a
tres patriotas franco-canadienses. La población, de las villas y del
campo se reunió en meetings, y una activa propaganda se hizo en toda la provincia. Se publicó un manifiesto en el que se enumeraba en
noventa y dos artículos las quejas de la raza canadiense en contra de la
anglosajona, y en el que se pedía la acusación del gobernador
general, lord Aylmer. Este manifiesto adoptóle la Cámara a pesar
de la gran oposición de algunos reformistas, que le encontraban
insuficiente. En 1834 hubo nuevas elecciones; Papineau y sus partidarios, fueron
reelegidos, y fieles a las reclamaciones de la precedente legislatura,
insistieron en que se presentara el Gobernador general ante los Tribunales; pero
la Cámara fue prorrogada en Marzo de 1835 y el Ministerio quitó a
lord Aylmer, mandando en su puesto al Comisario real, lord Gosford, con otros
dos encargados de estudiar las causas de la agitación que reinaba por
aquel entonces. Lord Gosford manifestó públicamente las
disposiciones conciliadoras de la Corona respecto a sus súbditos en
Ultramar, sin poder conseguir que los diputados quisieran reconocer los poderes
de la Comisión encargada de informar.
Mientras tanto, merced a la emigración, el partido
inglés se reforzó poco a poco en el Bajo Canadá. En
Montreal y en Quebec se formaron asociaciones constitucionales para reprimir a
los reformistas, y si bien el Gobernador se vio obligado a disolver tales
asociaciones, creadas contra la ley, quedaron, sin embargo, prontas para
obrar, y se deja ver que el ataque hubo de ser muy fuerte por ambas partes.