Es realmente tan simple que durante años no lo entendí. Todos
nosotros, desde luego, creemos que sabemos lo que es observar; observamos cosas
a nuestro alrededor durante todo el día. Vemos la televisión, observamos a la
gente pasar y notamos como se visten, que aspecto tienen, pero generalmente no
nos observamos a nosotros mismos. Cuando lo hacemos, generalmente es para
autocriticarnos. Notamos algo de nosotros mismos que no nos gusta y entonces
comenzamos a preocuparnos por lo que pensarán los demás. Usualmente este
parloteo interno de la mente nos hace sentirnos desgraciados. Esto no es
presenciar. Osho nos recuerda:
"Nada tiene que hacerse; sólo se un espectador, un observador,
mirando el tráfico de la mente -pensamientos que pasan, deseos, recuerdos,
sueños, fantasías. Simplemente mantente distanciado, sereno, presenciándolo,
observándolo, viéndolo, sin ningún juicio, sin ninguna condena, sin decir: 'Esto
es bueno' o 'Esto es malo'.
A través de las meditaciones que hay en este libro, descubrirás
lo que es el presenciar. Mientras estás en la presencia del Maestro,
el presenciar empieza a suceder espontáneamente. Se dan momentos en los
que estás sentado, simplemente escuchando, sintiendo, observando, todo lo que
sucede con el silencio interno. Este silencio es como el cielo vasto y claro,
que sin embargo vibra de vida.
El hogar de Osho es el cielo y su mismo ser es el silencio. Sus
palabras acarician lo más profundo del corazón, su canción es la canción del
cielo claro.