|
|
Páginas
1
2
3
4
5
6
(7)
|
|
—Ha sido divertido —comentó Montse al llegar afuera. —Más que, divertido, inesperado. No sé que pensarás tú, pero para mí ha sido un regalo magnífico pasar a ser propietario del “pazo” de Camposancos. —Si, claro. También la casa de la Rambla Cataluña está muy bien, pero la autentica sorpresa estará en ese misterioso sobre con instrucciones que queda en manos del notario. ¿Qué puede ser? —No tengo ni idea, pero, supongo que se trata de condiciones especiales para que Tomás administre bien el legado de su tío, por que a mí no me cabe ninguna duda de que él será el heredero principal. —No estoy yo tan segura de eso —respondió ella y con una sonrisa coqueta le preguntó—. ¿Que vas a hacer tu ahora? —Tenía intención de regresar inmediatamente a mi trabajo en París pero he cambiado totalmente de idea. Me apetece visitar cuanto antes Camposancos. Mañana mismo, si puedo, viajaré hasta allá. El sol abandonaba el día por detrás del Tibidabo cuando Montserrat y Manuel se despidieron en la ancha acera del paseo de Gracia. No sospechaban que pronto volverían a verse en otras circunstancias bien distintas.
|
|
Páginas
1
2
3
4
5
6
(7)
|
|
Consiga Un verano junto al Miño de Antonio Solé Pujol y Josep Ma. Salvat Capell en esta página.
|
|
|
 |
|